1982: El año que cambió el Líbano
Durante la invasión de Líbano de 1982, un niño de 11 años que estudia en un colegio privado a las afueras de la ciudad de Beirut trata de contarle a una compañera de clase que está enamorado de ella. Mientras tanto, distintos profesores exponen su punto de vista en relación a la situación política que están viviendo, tratando de enmascarar su miedo.
Comentarios
Se aprecia cuidado en los detalles; “1982: El año que cambió el Líbano” deja poso.
Me sorprendió gratamente “1982: El año que cambió el Líbano”; el género tratado con respeto y oficio.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “1982: El año que cambió el Líbano” funciona.
Sin reinventar el tono, “1982: El año que cambió el Líbano” destaca por su sensibilidad.
Una obra estimable. las interpretaciones funciona y la dirección acompaña con acierto.
Final satisfactorio y bien planteado. “1982: El año que cambió el Líbano” es meritoria.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Equilibrio entre emoción y contención; “1982: El año que cambió el Líbano” lo consigue.
“1982: El año que cambió el Líbano” me ha parecido correcta. Destacaría las interpretaciones y la banda sonora.
El tratamiento de personajes en “1982: El año que cambió el Líbano” resulta convincente y humano.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Me ha parecido una cinta sugerente, sobria y eficaz en sus objetivos.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
“1982: El año que cambió el Líbano” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
He disfrutado de “1982: El año que cambió el Líbano”; propuesta correcta con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
Agradezco su pacing contenido y la elegancia de la puesta en escena.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “1982: El año que cambió el Líbano” es digna.
“1982: El año que cambió el Líbano” convence por su dirección y un pacing bien medido.