

Aprendiz de caballero
Italia, durante la época de la peste negra. Un grupo de jóvenes de la ciudad de Florencia se refugia lejos de la plaga. Para pasar el tiempo, se cuentan una serie de historias acerca del amor y la aventura. Lorenzo de Lamberti (Christensen), un joven rufián siempre metido en trifulcas de espadas y devaneos amorosos, se hace pasar por jardinero en un convento para esconderse de Gerbino de la Ratta (Roth), un noble codicioso y despiadado que ha puesto precio a su cabeza. Un beso furtivo con una joven desconocida (Barton) le hará conocer el amor y, desde entonces, su objetivo será encontrar a esa mujer misteriosa de la que no conoce el rostro: sólo los labios... Adaptación libre del clásico de Boccaccio "El decamerón"
Comentarios
Una propuesta cautivadora que respeta al espectador.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
La película progresa con sentido y medida; interesante.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Aprendiz de caballero” resulta digna.
“Aprendiz de caballero” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el tono.
La realización de “Aprendiz de caballero” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Equilibrio entre emoción y contención; “Aprendiz de caballero” lo consigue.
Sin reinventar el género, “Aprendiz de caballero” destaca por su sensibilidad.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
A nivel técnico, “Aprendiz de caballero” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
He disfrutado de “Aprendiz de caballero”; propuesta sobria con una realización que sostiene el conjunto.
Narrativa clara y concisa. “Aprendiz de caballero” se disfruta sin excesos.
“Aprendiz de caballero” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “Aprendiz de caballero” es interesante.
El tratamiento de personajes en “Aprendiz de caballero” resulta convincente y humano.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Aprendiz de caballero” deja poso.
Sin estridencias, “Aprendiz de caballero” convence por oficio y coherencia.