

Dirty Dancing 2
Es 1958. Tras instalarse en La Habana, a donde ha sido destinado su padre, en la joven Katey Miller se despierta una entusiasta curiosidad por la cultura hispana. Después de recibir clases de bailes de salón, se une al grupo de jóvenes americanos que se alojan también en el exclusivo hotel Océana. Allí conoce a Javier, camarero y excelente bailarín. Decidida a aprender esos ritmos que Javier parece llevar en la sangre, Katey lo convence para que sea su pareja en un prestigioso concurso nacional de baile que se celebra en el club Palace. Así empezarán a ensayar sensuales y armoniosos pasos en el Havana nightclub, mientras la pasión va surgiendo entre ellos.
Comentarios
Una propuesta sobria que respeta al espectador.
Sin estridencias, “Dirty Dancing 2” convence por oficio y coherencia.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
“Dirty Dancing 2” me ha parecido cautivadora. Destacaría el reparto y la banda sonora.
Narrativa clara y concisa. “Dirty Dancing 2” se disfruta sin excesos.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la realización.
“Dirty Dancing 2” avanza con buen cadencia y ofrece momentos de auténtica emoción.
“Dirty Dancing 2” pone en valor el género con solvencia y cuidado.
el elenco sostiene la historia con naturalidad; “Dirty Dancing 2” es meritoria.
“Dirty Dancing 2” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
A nivel técnico, “Dirty Dancing 2” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Dirty Dancing 2” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Una obra correcta. las interpretaciones funciona y la dirección acompaña con acierto.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Dirty Dancing 2” resulta meritoria.
“Dirty Dancing 2” cumple con lo que promete. Especial mención para la banda sonora.
Final satisfactorio y bien planteado. “Dirty Dancing 2” es digna.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Dirty Dancing 2” funciona.
El tratamiento de personajes en “Dirty Dancing 2” resulta convincente y humano.
Sin reinventar el género, “Dirty Dancing 2” destaca por su sensibilidad.