

El hombre que conocía el infinito
Narra la historia de Srinivasa Ramanujan, un matemático indio que hizo importantes contribuciones al mundo de las matemáticas como la teoría de los números, las series y las fracciones continuas. Con su arduo trabajo, Srinivasa consiguió entrar en la Universidad de Cambridge durante la Primera Guerra Mundial, donde continuó trabajando en sus teorías con la ayuda del profesor británico G. H. Hardy, a pesar de todos los impedimentos que su origen indio suponían para los estándares sociales de aquella época.
Comentarios
A nivel técnico, “El hombre que conocía el infinito” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“El hombre que conocía el infinito” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “El hombre que conocía el infinito” es interesante.
La realización de “El hombre que conocía el infinito” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. interesante.
“El hombre que conocía el infinito” me ha parecido sugerente. Destacaría las interpretaciones y el acompañamiento musical.
Sin estridencias, “El hombre que conocía el infinito” convence por oficio y coherencia.
Me ha parecido una cinta estupenda, sobria y eficaz en sus objetivos.
Equilibrio entre emoción y contención; “El hombre que conocía el infinito” lo consigue.
el reparto sostiene la historia con naturalidad; “El hombre que conocía el infinito” es digna.
Se aprecia cuidado en los detalles; “El hombre que conocía el infinito” deja poso.
“El hombre que conocía el infinito” convence por su puesta en escena y un ritmo bien medido.
Sin reinventar el tono, “El hombre que conocía el infinito” destaca por su sensibilidad.
Narrativa clara y concisa. “El hombre que conocía el infinito” se disfruta sin excesos.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Una obra estupenda. el elenco funciona y la realización acompaña con acierto.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Final satisfactorio y bien planteado. “El hombre que conocía el infinito” es recomendable.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “El hombre que conocía el infinito” funciona.
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