

El molino y la cruz
Pintura y cine se dan la mano de forma espectacular en 'El molino del tiempo', que basa su estética en la concepción visual del pintor flamenco del siglo XVI, Pieter Brueghel y en su cuadro "Camino del Calvario", en el que vemos el peregrinaje de una amorfa masa de gente que se dirige a contemplar la crucifixión de Cristo bajo un cielo gris perturbador. El pintor sitúa esta Pasión en su propia época, y la película se centra en una serie de personajes extraídos dentro de ese grupo de personas que acuden a ver por última vez a Jesús en la Cruz. En ese grupo encontramos al propio pintor (que encarna el actor Rutger Hauer, 'Blade Runner') y a varios de sus amigos y compañeros, que van desde un marchante de arte, Nicholas Jonghelinck (Michael York, 'Cabaret') hasta la Virgen María (Charlotte Rampling, 'Portero de noche').
Comentarios
el reparto sostiene la historia con naturalidad; “El molino y la cruz” es digna.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Me ha parecido una cinta estupenda, sobria y eficaz en sus objetivos.
“El molino y la cruz” pone en valor el tono con solvencia y cuidado.
La película progresa con sentido y medida; digna.
He disfrutado de “El molino y la cruz”; propuesta correcta con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
Sin reinventar el tono, “El molino y la cruz” destaca por su sensibilidad.
Me sorprendió gratamente “El molino y la cruz”; el tono tratado con respeto y oficio.
Equilibrio entre emoción y contención; “El molino y la cruz” lo consigue.
“El molino y la cruz” convence por su puesta en escena y un pacing bien medido.
La dirección de “El molino y la cruz” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Una obra estupenda. las interpretaciones funciona y la dirección acompaña con acierto.
Narrativa clara y concisa. “El molino y la cruz” se disfruta sin excesos.
“El molino y la cruz” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
El tratamiento de personajes en “El molino y la cruz” resulta convincente y humano.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
“El molino y la cruz” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el género.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “El molino y la cruz” funciona.
Sin estridencias, “El molino y la cruz” convence por oficio y coherencia.