El oficio de las armas
En los albores del siglo XVI, el joven Giovanni de Médici era capitán del ejército papal en la campaña contra los lansquenetes del emperador Carlos V de Alemania. En vida, ya era un mito, pues se lo disputaban los príncipes por su gran experiencia en el oficio de la guerra. Amaba la vida. La diosa Fortuna y las mujeres le sonreían. Ni un pensamiento sobre la muerte cruzaba su mente. Su ruina fue la aparición de las armas de fuego: una bala de cañón le alcanzó una pierna, la gangrena se extendió y hubo que amputarla. Aún así, la necrosis fue inevitable y el feroz guerrero falleció el 29 de noviembre de 1526.
Comentarios
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
“El oficio de las armas” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por la propuesta.
Equilibrio entre emoción y contención; “El oficio de las armas” lo consigue.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
El tratamiento de personajes en “El oficio de las armas” resulta convincente y humano.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “El oficio de las armas” es digna.
A nivel técnico, “El oficio de las armas” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “El oficio de las armas” es digna.
Agradezco su pacing contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Narrativa clara y concisa. “El oficio de las armas” se disfruta sin excesos.
Me ha parecido una cinta correcta, sobria y eficaz en sus objetivos.
“El oficio de las armas” me ha parecido notable. Destacaría el elenco y el acompañamiento musical.
Sin estridencias, “El oficio de las armas” convence por oficio y coherencia.
“El oficio de las armas” convence por su puesta en escena y un ritmo bien medido.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Sin reinventar el tono, “El oficio de las armas” destaca por su sensibilidad.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “El oficio de las armas” funciona.
Final satisfactorio y bien planteado. “El oficio de las armas” es recomendable.
Se aprecia cuidado en los detalles; “El oficio de las armas” deja poso.
“El oficio de las armas” pone en valor el tono con solvencia y cuidado.