El rey del Once
Ariel cree haber dejado atrás su pasado, distanciado de su progenitor, tras construir una nueva y exitosa vida como economista en Nueva York. Llamado por su padre, cuya misión en la vida es dirigir una fundación judía de ayuda y beneficencia en el barrio del Once, vuelve a Buenos Aires. Allí conoce a Eva, una mujer muda e intrigante que trabaja en la fundación. Así Ariel regresa al Once, el barrio judío de su niñez. Un reencuentro con la tradición que dio origen al distanciamiento, y el enfrentarse a la paradoja de un hombre que ayuda a todo el mundo, pero es incapaz de hacerlo con su hijo Ariel.
Comentarios
Equilibrio entre emoción y contención; “El rey del Once” lo consigue.
el reparto sostiene la historia con naturalidad; “El rey del Once” es recomendable.
“El rey del Once” cumple con lo que promete. Especial mención para el acompañamiento musical.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “El rey del Once” resulta digna.
La puesta en escena de “El rey del Once” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
He disfrutado de “El rey del Once”; propuesta cautivadora con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
“El rey del Once” convence por su realización y un ritmo bien medido.
Una obra notable. el reparto funciona y la realización acompaña con acierto.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
“El rey del Once” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el tono.
Una propuesta impecable que respeta al espectador.
Sin reinventar el género, “El rey del Once” destaca por su sensibilidad.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
“El rey del Once” pone en valor el género con solvencia y cuidado.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. recomendable.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
El tratamiento de personajes en “El rey del Once” resulta convincente y humano.
A nivel técnico, “El rey del Once” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Sin estridencias, “El rey del Once” convence por oficio y coherencia.
Se aprecia cuidado en los detalles; “El rey del Once” deja poso.