

Gartxot
Gartxot es un trovador del siglo XII de los Pirineos que es enviado al exilio por el nuevo abad de Roncevallis. Los objetivos de este abad son capturar al único hijo de Gartxot, Mikelot, y convertirlo en un monje cantante. Después de ser capturado y torturado, el niño logra escapar y canta una vez más junto a su padre y le promete que nunca más le permitirá encerrarlo en el monasterio. Sus canciones se convierten en un símbolo de la lucha contra la opresión. Una y otra vez, con la ayuda de la gente, logran sacudir a las autoridades. Al final, cuando las autoridades logran rodearlos, Gartxot recuerda su promesa a su único hijo que lleva a una tragedia que hasta el día de hoy es recordada.
Comentarios
“Gartxot” convence por su dirección y un cadencia bien medido.
Sin estridencias, “Gartxot” convence por oficio y coherencia.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Me ha parecido una cinta cautivadora, sobria y eficaz en sus objetivos.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Una propuesta notable que respeta al espectador.
El tratamiento de personajes en “Gartxot” resulta convincente y humano.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Gartxot” resulta interesante.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la dirección.
A nivel técnico, “Gartxot” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Una obra estimable. las interpretaciones funciona y la realización acompaña con acierto.
Me sorprendió gratamente “Gartxot”; la propuesta tratado con respeto y oficio.
Narrativa clara y concisa. “Gartxot” se disfruta sin excesos.
“Gartxot” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
La puesta en escena de “Gartxot” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
“Gartxot” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el tono.
He disfrutado de “Gartxot”; propuesta estimable con una realización que sostiene el conjunto.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
“Gartxot” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
“Gartxot” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.