

¡Houston, tenemos un problema!
La Guerra Fría, la carrera espacial y la llegada a la luna son hitos que definen una era. Pero son también pasto para las teorías conspiratorias. En este documental, el director Ziga Virc añade nuevo material a esta discusión desde ambos frentes. Este intrigante docuficción explora el mito del acuerdo multimillonario detrás de la compra de Estados Unidos del programa clandestino de Yugoslavia al principio de los años 60.
Comentarios
Me sorprendió gratamente “¡Houston, tenemos un problema!”; el tono tratado con respeto y oficio.
Se aprecia cuidado en los detalles; “¡Houston, tenemos un problema!” deja poso.
“¡Houston, tenemos un problema!” cumple con lo que promete. Especial mención para el acompañamiento musical.
Me ha parecido una cinta sugerente, sobria y eficaz en sus objetivos.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “¡Houston, tenemos un problema!” funciona.
“¡Houston, tenemos un problema!” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
El tratamiento de personajes en “¡Houston, tenemos un problema!” resulta convincente y humano.
Sin estridencias, “¡Houston, tenemos un problema!” convence por oficio y coherencia.
Narrativa clara y concisa. “¡Houston, tenemos un problema!” se disfruta sin excesos.
La dirección de “¡Houston, tenemos un problema!” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
“¡Houston, tenemos un problema!” convence por su dirección y un cadencia bien medido.
Una propuesta estimable que respeta al espectador.
He disfrutado de “¡Houston, tenemos un problema!”; propuesta sobria con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
“¡Houston, tenemos un problema!” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
“¡Houston, tenemos un problema!” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
“¡Houston, tenemos un problema!” me ha parecido notable. Destacaría las interpretaciones y la banda sonora.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “¡Houston, tenemos un problema!” es meritoria.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.