

Jappeloup. De padre a hijo
A principios de los 80, Pierre Durand abandona la abogacía para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión: el salto de obstáculos. Apoyado por su padre, lo apuesta todo a un joven caballo en quien nadie cree: Jappeloup. Demasiado pequeño, extraño, imprevisible, lleno de defectos aunque también de extraordinarias cualidades. Prueba tras prueba, el dúo progresa, imponiéndose en el mundo de la equitación. Pero los JJOO de Los Angeles se saldan con un estrepitoso fracaso y Pierre toma conciencia de sus fallos. Con ayuda de su mujer y de Raphaëlle, la moza de cuadra, va ganándose la confianza de Jappeloup y entablando con él una relación que los conducirá a los JJOO de Seúl en 1988.
Comentarios
“Jappeloup. De padre a hijo” pone en valor la propuesta con solvencia y cuidado.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Una propuesta notable que respeta al espectador.
La realización de “Jappeloup. De padre a hijo” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Me sorprendió gratamente “Jappeloup. De padre a hijo”; el género tratado con respeto y oficio.
“Jappeloup. De padre a hijo” me ha parecido notable. Destacaría el elenco y la música.
“Jappeloup. De padre a hijo” cumple con lo que promete. Especial mención para la banda sonora.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la dirección.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Jappeloup. De padre a hijo” resulta interesante.
Me ha parecido una cinta estimable, sobria y eficaz en sus objetivos.
“Jappeloup. De padre a hijo” convence por su dirección y un cadencia bien medido.
A nivel técnico, “Jappeloup. De padre a hijo” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Sin reinventar la propuesta, “Jappeloup. De padre a hijo” destaca por su sensibilidad.
“Jappeloup. De padre a hijo” avanza con buen ritmo y ofrece momentos de auténtica emoción.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. recomendable.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Jappeloup. De padre a hijo” deja poso.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
“Jappeloup. De padre a hijo” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
El tratamiento de personajes en “Jappeloup. De padre a hijo” resulta convincente y humano.