

Kirikú y las bestias salvajes
El encanto del pequeño niño africano Kirikú regresa a la gran pantalla para luchar contra el mal. En esta ocasión, su abuelo, desde su majestuoso trono de la gruta Azul cuenta a los más pequeños de la casa cómo Kirikú tiene que buscar el valor, la astucia, el amor y la generosidad que se esconden en su interior y que le ayudarán a triunfar en su lucha contra el mal. Para lograrlo, el niño africano se convertirá en alfarero, detective, jardinero, comerciante y hasta médico.
Comentarios
He disfrutado de “Kirikú y las bestias salvajes”; propuesta estimable con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
Una propuesta estupenda que respeta al espectador.
Sin reinventar el género, “Kirikú y las bestias salvajes” destaca por su sensibilidad.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
A nivel técnico, “Kirikú y las bestias salvajes” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Narrativa clara y concisa. “Kirikú y las bestias salvajes” se disfruta sin excesos.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. digna.
Agradezco su pacing contenido y la elegancia de la dirección.
El tratamiento de personajes en “Kirikú y las bestias salvajes” resulta convincente y humano.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Kirikú y las bestias salvajes” deja poso.
“Kirikú y las bestias salvajes” avanza con buen cadencia y ofrece momentos de auténtica emoción.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Kirikú y las bestias salvajes” funciona.
“Kirikú y las bestias salvajes” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
“Kirikú y las bestias salvajes” convence por su realización y un pacing bien medido.
Equilibrio entre emoción y contención; “Kirikú y las bestias salvajes” lo consigue.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
“Kirikú y las bestias salvajes” me ha parecido cautivadora. Destacaría las interpretaciones y la música.
“Kirikú y las bestias salvajes” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el género.
“Kirikú y las bestias salvajes” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
Sin estridencias, “Kirikú y las bestias salvajes” convence por oficio y coherencia.