La buena vida
Santiago, 2008. Teresa (45), Edmundo (40), Mario (25) y Patricia son cuatro habitantes de la ciudad, cuyas vidas se entrecruzan en medio de bocinazos, frenadas y alarmas de autos, pero que difícilmente llegan a tocarse. Sumidos en la vorágine urbana, cada uno de ellos persigue su sueño: Teresa (Aline Kupenheim) una psicóloga que busca salvar vidas, Edmundo (Roberto Farías) un peluquero que anhela tener un auto, Mario (Eduardo Paxeco) quiere entrar en la Filarmónica, y Patricia (Paula Sotelo) sobrevive. Cada uno anhela algo que pareciera ser asequible. Ninguno lo logra. Lo que obtendrán será inesperado.
Comentarios
Agradezco su pacing contenido y la elegancia de la realización.
Se aprecia cuidado en los detalles; “La buena vida” deja poso.
Sin reinventar la propuesta, “La buena vida” destaca por su sensibilidad.
Me ha parecido una cinta sobria, sobria y eficaz en sus objetivos.
“La buena vida” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
La realización de “La buena vida” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
A nivel técnico, “La buena vida” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “La buena vida” es digna.
La película progresa con sentido y medida; digna.
Me sorprendió gratamente “La buena vida”; el género tratado con respeto y oficio.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
“La buena vida” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
“La buena vida” me ha parecido sugerente. Destacaría el elenco y la música.
“La buena vida” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
He disfrutado de “La buena vida”; propuesta estimable con una dirección que sostiene el conjunto.
“La buena vida” avanza con buen ritmo y ofrece momentos de auténtica emoción.
Una propuesta estimable que respeta al espectador.
Narrativa clara y concisa. “La buena vida” se disfruta sin excesos.
Final satisfactorio y bien planteado. “La buena vida” es interesante.
El tratamiento de personajes en “La buena vida” resulta convincente y humano.