

La música nunca dejó de sonar
Basada en el caso de estudio de Oliver Sacks, 'El último hippie', la primera película de Jim Kohlberg examina una familia dividida por el choque cultural y generacional de los años 60. 20 años después de que su hijo huyera de casa, Henry y Helen Sawyer lo encuentran en un hospital, enfermo de un tumor cerebral que le hace incapaz de distinguir entre el pasado y el presente. Sólo reacciona ante la música rock que solía escuchar, de modo que sus padres le buscan una terapeuta musical para ayudarle con su recuperación.
Comentarios
Me ha parecido una cinta cautivadora, sobria y eficaz en sus objetivos.
Una propuesta impecable que respeta al espectador.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “La música nunca dejó de sonar” funciona.
“La música nunca dejó de sonar” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el género.
Sin reinventar el tono, “La música nunca dejó de sonar” destaca por su sensibilidad.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
Narrativa clara y concisa. “La música nunca dejó de sonar” se disfruta sin excesos.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “La música nunca dejó de sonar” resulta meritoria.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “La música nunca dejó de sonar” es interesante.
“La música nunca dejó de sonar” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la dirección.
“La música nunca dejó de sonar” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
Equilibrio entre emoción y contención; “La música nunca dejó de sonar” lo consigue.
Una obra estupenda. las interpretaciones funciona y la realización acompaña con acierto.
“La música nunca dejó de sonar” avanza con buen ritmo y ofrece momentos de auténtica emoción.
“La música nunca dejó de sonar” pone en valor el género con solvencia y cuidado.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Se aprecia cuidado en los detalles; “La música nunca dejó de sonar” deja poso.
“La música nunca dejó de sonar” convence por su realización y un pacing bien medido.
Me sorprendió gratamente “La música nunca dejó de sonar”; el tono tratado con respeto y oficio.