

La piedra de la paciencia
Jean-Claude Carrière coescribe la adaptación de la novela de Atiq Rahimi, también guionista y director, que narra la historia de una mujer, en un país de Oriente Medio, que tiene que quedarse en casa a cuidar de su marido, herido en una reyerta y en estado de coma. La mujer, joven y con dos hijas, alterna el tiempo que pasa en la casa, evitando a las guerrillas que siguen luchando en la calle, con el tiempo que pasa con su tía, una mujer liberada que se queda a cargo de las niñas.
Comentarios
el elenco sostiene la historia con naturalidad; “La piedra de la paciencia” es meritoria.
“La piedra de la paciencia” convence por su realización y un cadencia bien medido.
Me ha parecido una cinta cautivadora, sobria y eficaz en sus objetivos.
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. interesante.
Sin reinventar la propuesta, “La piedra de la paciencia” destaca por su sensibilidad.
“La piedra de la paciencia” me ha parecido correcta. Destacaría las interpretaciones y la música.
Narrativa clara y concisa. “La piedra de la paciencia” se disfruta sin excesos.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “La piedra de la paciencia” resulta digna.
“La piedra de la paciencia” cumple con lo que promete. Especial mención para la banda sonora.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Equilibrio entre emoción y contención; “La piedra de la paciencia” lo consigue.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “La piedra de la paciencia” es meritoria.
“La piedra de la paciencia” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el género.
Se aprecia cuidado en los detalles; “La piedra de la paciencia” deja poso.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “La piedra de la paciencia” funciona.
Sin estridencias, “La piedra de la paciencia” convence por oficio y coherencia.
“La piedra de la paciencia” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
La puesta en escena de “La piedra de la paciencia” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.