Los tomates escuchan a Wagner
Elias, un pequeño pueblo agrícola del centro de Grecia, se está extinguiendo. Pero dos primos se asocian con las abuelas del pueblo para cultivar las semillas de tomate que han conservado durante cientos de años. Con un poco de ayuda de la música de Wagner -que utilizan para ayudar a crecer a sus tomates- el equipo consigue exportar pequeños tarros con recetas de tomates ecológicos por todo el mundo. La película sigue a los protagonistas de esta improbable búsqueda, mientras luchan por sobrevivir y hacer realidad su sueño. Humorística y agridulce, esta es una historia sobre la importancia de reinventarse en tiempos de crisis y el poder de las relaciones humanas.
Comentarios
La película progresa con sentido y medida; meritoria.
La puesta en escena de “Los tomates escuchan a Wagner” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Me sorprendió gratamente “Los tomates escuchan a Wagner”; el género tratado con respeto y oficio.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
A nivel técnico, “Los tomates escuchan a Wagner” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Los tomates escuchan a Wagner” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el tono.
“Los tomates escuchan a Wagner” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
El tratamiento de personajes en “Los tomates escuchan a Wagner” resulta convincente y humano.
“Los tomates escuchan a Wagner” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
“Los tomates escuchan a Wagner” avanza con buen ritmo y ofrece momentos de auténtica emoción.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “Los tomates escuchan a Wagner” es digna.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Sin reinventar el tono, “Los tomates escuchan a Wagner” destaca por su sensibilidad.
Narrativa clara y concisa. “Los tomates escuchan a Wagner” se disfruta sin excesos.
Una propuesta estupenda que respeta al espectador.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Los tomates escuchan a Wagner” resulta recomendable.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Los tomates escuchan a Wagner” deja poso.