

Nunca digas nunca
París, 1830. Valentin es un joven mujeriego especialmente interesado en el juego. No cree en la vida y, menos aún, en el amor. Su tío Van Buck sólo venera el dinero y los negocios. Nada tienen en común hasta el día en que Van Buck para darse importancia se empeña en casar a Valentin con una joven baronesa venida a menos. Pero Valentin piensa en todo menos en casarse.
Comentarios
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. digna.
Sin estridencias, “Nunca digas nunca” convence por oficio y coherencia.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la realización.
Me sorprendió gratamente “Nunca digas nunca”; el género tratado con respeto y oficio.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
“Nunca digas nunca” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Una propuesta correcta que respeta al espectador.
La dirección de “Nunca digas nunca” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Nunca digas nunca” funciona.
“Nunca digas nunca” cumple con lo que promete. Especial mención para la banda sonora.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Una obra sugerente. el elenco funciona y la realización acompaña con acierto.
La película progresa con sentido y medida; meritoria.
“Nunca digas nunca” me ha parecido notable. Destacaría el reparto y la música.
Narrativa clara y concisa. “Nunca digas nunca” se disfruta sin excesos.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Nunca digas nunca” resulta interesante.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
“Nunca digas nunca” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Final satisfactorio y bien planteado. “Nunca digas nunca” es recomendable.
Equilibrio entre emoción y contención; “Nunca digas nunca” lo consigue.