

Pintar o hacer el amor
William y Madeleine, un viejo matrimonio que vive apaciblemente, siguen enamorados y ninguno de ellos ha sido nunca infiel al otro. Como él acaba de prejubilarse y su única hija se va a estudiar a Italia, les sobra tiempo. Durante un paseo por las colinas, Madeleine coloca el caballete en un prado para pintar una puesta de sol. Allí conoce a Adán, el alcalde del pueblo, un hombre culto y ciego, que le muestra una casa del prado que está en venta. William y Madeleine la compran inmediatamente. Se instalan en ella y durante unas semanas se sienten muy felices. Quedan a menudo con Adán y su joven compañera Eva, que viven bastante cerca. Cuando arde la casa de sus nuevos amigos, William y Madeleine los acogen en la suya. (FILMAFFINITY)
Comentarios
He disfrutado de “Pintar o hacer el amor”; propuesta estimable con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Pintar o hacer el amor” deja poso.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Pintar o hacer el amor” funciona.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “Pintar o hacer el amor” es meritoria.
Me ha parecido una cinta sugerente, sobria y eficaz en sus objetivos.
“Pintar o hacer el amor” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
Final satisfactorio y bien planteado. “Pintar o hacer el amor” es meritoria.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
A nivel técnico, “Pintar o hacer el amor” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Pintar o hacer el amor” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
“Pintar o hacer el amor” pone en valor la propuesta con solvencia y cuidado.
Narrativa clara y concisa. “Pintar o hacer el amor” se disfruta sin excesos.
La dirección de “Pintar o hacer el amor” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
“Pintar o hacer el amor” me ha parecido impecable. Destacaría el elenco y el acompañamiento musical.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
El tratamiento de personajes en “Pintar o hacer el amor” resulta convincente y humano.
Sin estridencias, “Pintar o hacer el amor” convence por oficio y coherencia.
Me sorprendió gratamente “Pintar o hacer el amor”; el género tratado con respeto y oficio.