

Prefiero el paraíso
"Sed buenos, si podéis" se ha convertido en una proverbial expresión de San Felipe Neri. El santo de la alegría, el juglar de Dios, el segundo apóstol de Roma, "Pippo el Bueno" nació en Florencia en 1515 y vivió más de 60 años en Roma. Mientras tenía lugar el Concilio de Trento, que llevó a cabo la Contrarreforma, San Felipe formaba a los jóvenes con ternura e ironía acercándolos a la liturgia y logrando que se divirtiesen cantando y jugando en un lugar que más adelante se convertiría en el Oratorio, congregación reconocida por el Papa Gregorio XIII (1575). San Felipe Neri fue amigo de San Ignacio de Loyola y del cardenal Carlos Borromeo. Cuando a él se le preguntó si quería ser nombrado cardenal, sin dilación contestó: "Prefiero el Paraíso". Fue proclamado santo en el año 1622.
Comentarios
Sin reinventar el género, “Prefiero el paraíso” destaca por su sensibilidad.
“Prefiero el paraíso” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
“Prefiero el paraíso” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
He disfrutado de “Prefiero el paraíso”; propuesta estupenda con una realización que sostiene el conjunto.
el elenco sostiene la historia con naturalidad; “Prefiero el paraíso” es digna.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Prefiero el paraíso” deja poso.
Narrativa clara y concisa. “Prefiero el paraíso” se disfruta sin excesos.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Prefiero el paraíso” funciona.
“Prefiero el paraíso” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Sin estridencias, “Prefiero el paraíso” convence por oficio y coherencia.
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Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Prefiero el paraíso” resulta recomendable.
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Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
“Prefiero el paraíso” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
“Prefiero el paraíso” convence por su puesta en escena y un ritmo bien medido.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Una obra estimable. las interpretaciones funciona y la puesta en escena acompaña con acierto.