

Programa de protección de princesas
Carter es una chica plebeya de un pequeño pueblo. Muy distinta a Rosalinda, la princesa sudamericana de Costa Luna. El padre de Carter rescata a Rosalinda de un golpe militar y las dos chicas acaban juntas, lo que hace que la princesa aprenda a comportarse como una chica normal y Carter encuentre su princesa interior. Ambas forjan un plan para echar al dictador y recuperar el trono.
Comentarios
Sin estridencias, “Programa de protección de princesas” convence por oficio y coherencia.
Una obra estupenda. el reparto funciona y la puesta en escena acompaña con acierto.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Programa de protección de princesas” funciona.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Programa de protección de princesas” resulta interesante.
Narrativa clara y concisa. “Programa de protección de princesas” se disfruta sin excesos.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Programa de protección de princesas” deja poso.
“Programa de protección de princesas” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el género.
“Programa de protección de princesas” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Sin reinventar el género, “Programa de protección de princesas” destaca por su sensibilidad.
El tratamiento de personajes en “Programa de protección de princesas” resulta convincente y humano.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
“Programa de protección de princesas” pone en valor el género con solvencia y cuidado.
A nivel técnico, “Programa de protección de princesas” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
He disfrutado de “Programa de protección de princesas”; propuesta impecable con una realización que sostiene el conjunto.
“Programa de protección de princesas” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “Programa de protección de princesas” es meritoria.
La puesta en escena de “Programa de protección de princesas” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Una propuesta sugerente que respeta al espectador.