Quién mató a Walter Benjamin…
El filósofo Walter Benjamin (1892-1940), un judío alemán, huye de Alemania en 1932, durante la confusión que precedió al ascenso definitivo al poder de Adolf Hitler. El 26 de septiembre de 1940, muere en Portbou, un pequeño pueblo de la frontera franco-española. El inexplicable final de un hombre que logró evitar un horrible destino solo para enfrentarse a la muerte en circunstancias muy misteriosas.
Comentarios
“Quién mató a Walter Benjamin…” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Final satisfactorio y bien planteado. “Quién mató a Walter Benjamin…” es interesante.
La puesta en escena de “Quién mató a Walter Benjamin…” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
El tratamiento de personajes en “Quién mató a Walter Benjamin…” resulta convincente y humano.
He disfrutado de “Quién mató a Walter Benjamin…”; propuesta estupenda con una puesta en escena que sostiene el conjunto.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Quién mató a Walter Benjamin…” resulta meritoria.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Quién mató a Walter Benjamin…” deja poso.
La película progresa con sentido y medida; digna.
“Quién mató a Walter Benjamin…” pone en valor la propuesta con solvencia y cuidado.
Sin reinventar el tono, “Quién mató a Walter Benjamin…” destaca por su sensibilidad.
Agradezco su pacing contenido y la elegancia de la puesta en escena.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
“Quién mató a Walter Benjamin…” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por el tono.
Me ha parecido una cinta sobria, sobria y eficaz en sus objetivos.
“Quién mató a Walter Benjamin…” equilibra forma y fondo con más aciertos que tropiezos.
Equilibrio entre emoción y contención; “Quién mató a Walter Benjamin…” lo consigue.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “Quién mató a Walter Benjamin…” es recomendable.
Una propuesta sobria que respeta al espectador.
“Quién mató a Walter Benjamin…” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
Sin estridencias, “Quién mató a Walter Benjamin…” convence por oficio y coherencia.