Quit Staring at My Plate
La vida de Marijana gira en torno a su familia, le guste o no. Ellos viven en un pequeño apartamento, llevando a la locura los unos a los otros. Un día, su controlador padre sufre un derrame cerebral que le deja completamente postrado en la cama, y Marijana toma su lugar como cabeza del clan. Pronto se encuentra trabajando en dos empleos para mantener todo a flote, mientras que su madre y su hermano con discapacidad hacen lo posible para echar por tierra el barco. Llevada al límite, Marijana encuentra consuelo en el sexo ocasional con extraños al azar, y este sabor a libertad deja a sus ganas de más. Pero ahora que ha encontrado por fin la libertad, ¿qué quiere hacer con ella?
Comentarios
Una propuesta estimable que respeta al espectador.
Una obra sobria. las interpretaciones funciona y la realización acompaña con acierto.
He disfrutado de “Quit Staring at My Plate”; propuesta estupenda con una dirección que sostiene el conjunto.
Equilibrio entre emoción y contención; “Quit Staring at My Plate” lo consigue.
“Quit Staring at My Plate” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
el elenco sostiene la historia con naturalidad; “Quit Staring at My Plate” es interesante.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
La puesta en escena de “Quit Staring at My Plate” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la puesta en escena.
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Quit Staring at My Plate” deja poso.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “Quit Staring at My Plate” es meritoria.
Sin reinventar el tono, “Quit Staring at My Plate” destaca por su sensibilidad.
“Quit Staring at My Plate” me ha parecido sugerente. Destacaría el elenco y la banda sonora.
Sin estridencias, “Quit Staring at My Plate” convence por oficio y coherencia.
“Quit Staring at My Plate” cumple con lo que promete. Especial mención para la banda sonora.
A nivel técnico, “Quit Staring at My Plate” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Quit Staring at My Plate” convence por su puesta en escena y un cadencia bien medido.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.