

Rojo como el cielo
En la Toscana de los años 70, el pequeño Mirco de 10 años es un gran aficionado al cine, pero a causa de un desafortunado accidente pierde la vista y la ley le considera un incapacitado para acceder a la escuela pública, por lo que sus padres se ven obligados a enviarlo a una institución. Allí, el niño encuentra un viejo grabador de bobina abierta y descubre que sólo con la utilización de los sonidos puede crear cuentos de hadas. A pesar de que la gente en el Instituto intenta hacerle desistir de su afición, Mirco irá convenciendo a otros niños ciegos para descubrir sus propios talentos.
Comentarios
Notable trabajo en fotografía y sonido. “Rojo como el cielo” es recomendable.
“Rojo como el cielo” cumple con lo que promete. Especial mención para el acompañamiento musical.
“Rojo como el cielo” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Una obra sugerente. el elenco funciona y la dirección acompaña con acierto.
Buen pulso narrativo y cierre honesto. “Rojo como el cielo” resulta meritoria.
“Rojo como el cielo” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por la propuesta.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Rojo como el cielo” deja poso.
Me ha parecido una cinta estupenda, sobria y eficaz en sus objetivos.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Agradezco su ritmo contenido y la elegancia de la dirección.
Equilibrio entre emoción y contención; “Rojo como el cielo” lo consigue.
Sin reinventar el género, “Rojo como el cielo” destaca por su sensibilidad.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.
Me sorprendió gratamente “Rojo como el cielo”; la propuesta tratado con respeto y oficio.
“Rojo como el cielo” convence por su dirección y un pacing bien medido.
Final satisfactorio y bien planteado. “Rojo como el cielo” es digna.
La realización de “Rojo como el cielo” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
el elenco sostiene la historia con naturalidad; “Rojo como el cielo” es meritoria.
“Rojo como el cielo” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.