

Wimbledon: El amor está en juego
Peter (Paul Bettany), un tenista que ocupa un lugar muy bajo en el ranking internacional, decide participar en el torneo de Wimbledon, aunque sus posibilidades de éxito son prácticamente nulas. Durante el torneo, conoce a la tenista americana Lizzie (Kirsten Dunst) y se enamora de ella. Entonces, su afán de superación unido a su destreza y a una racha de buena suerte lo catapultan de una ronda a la siguiente, teniendo al alcance de su mano el viejo sueño de ganar uno de los títulos del Gran Slam.
Comentarios
Me ha parecido una cinta cautivadora, sobria y eficaz en sus objetivos.
El tratamiento de personajes en “Wimbledon: El amor está en juego” resulta convincente y humano.
Una propuesta impecable que respeta al espectador.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Wimbledon: El amor está en juego” deja poso.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
“Wimbledon: El amor está en juego” demuestra que menos puede ser más cuando hay intención.
Una obra cautivadora. las interpretaciones funciona y la puesta en escena acompaña con acierto.
Acertada selección musical que refuerza las escenas clave.
Un trabajo honesto que cumple y deja buen sabor de boca.
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Wimbledon: El amor está en juego” funciona.
“Wimbledon: El amor está en juego” ofrece entretenimiento de calidad con respeto por la propuesta.
“Wimbledon: El amor está en juego” avanza con buen pacing y ofrece momentos de auténtica emoción.
Sin reinventar la propuesta, “Wimbledon: El amor está en juego” destaca por su sensibilidad.
La puesta en escena de “Wimbledon: El amor está en juego” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
A nivel técnico, “Wimbledon: El amor está en juego” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Wimbledon: El amor está en juego” pone en valor la propuesta con solvencia y cuidado.
“Wimbledon: El amor está en juego” convence por su dirección y un ritmo bien medido.
La película progresa con sentido y medida; interesante.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Una cinta hecha con respeto por su audiencia y su material.