

Nadie sabe
En Tokyo, la imprudente madre soltera Keiko se muda a un pequeño apartamento con su hijo de doce años Akira Fukushima y, ocultos en maletas, sus hermanos Kyoko, Shigeru y Yuki. Los niños tienen diferentes padres y no van al colegio, pero llevan una vida feliz con su madre. Cuando Keiko encuentra un nuevo novio deja a los niños solos, dándole algo de dinero a Akira para que se encarge de sus hermanos. Cuando el dinero se acaba, Akira se las apaña para encontrar formas de sobrevivir con los pequeños sin electricidad, gas o agua en casa, y con el dueño pidiendo el alquiler.
Comentarios
Ritmo constante y actuaciones sobrias; “Nadie sabe” funciona.
Correcta en lo técnico y solvente en lo interpretativo. meritoria.
Final satisfactorio y bien planteado. “Nadie sabe” es recomendable.
Me ha parecido una cinta impecable, sobria y eficaz en sus objetivos.
Una obra cautivadora. el reparto funciona y la dirección acompaña con acierto.
Notable trabajo en fotografía y sonido. “Nadie sabe” es digna.
El tratamiento de personajes en “Nadie sabe” resulta convincente y humano.
A nivel técnico, “Nadie sabe” es sólida; a nivel emocional, efectiva.
“Nadie sabe” cumple con lo que promete. Especial mención para la música.
Equilibrio entre emoción y contención; “Nadie sabe” lo consigue.
Agradezco su cadencia contenido y la elegancia de la realización.
“Nadie sabe” me ha parecido estupenda. Destacaría el reparto y el acompañamiento musical.
las interpretaciones sostiene la historia con naturalidad; “Nadie sabe” es recomendable.
La película progresa con sentido y medida; recomendable.
Narrativa clara y concisa. “Nadie sabe” se disfruta sin excesos.
Se aprecia cuidado en los detalles; “Nadie sabe” deja poso.
La puesta en escena de “Nadie sabe” sabe cuándo contenerse y cuándo brillar.
Sorprende su sensibilidad sin caer en subrayados innecesarios.
Sin reinventar la propuesta, “Nadie sabe” destaca por su sensibilidad.
“Nadie sabe” pone en valor el tono con solvencia y cuidado.